Un ladrillo es como un tipo especial de bloque de construcción. Piensa en cuando juegas con bloques de juguete para hacer un castillo o una torre. Un ladrillo es como uno de esos bloques, pero está hecho de una mezcla de arcilla, arena y agua. Una vez que se le da forma, se hornea en un horno hasta que está muy duro. Esto lo hace lo suficientemente fuerte para construir casas y edificios reales donde las personas pueden vivir.
Piensa en un ladrillo como una galleta, ¡pero no del tipo que se come! Así como mezclas ingredientes para hacer una galleta, las personas mezclan cosas para hacer un ladrillo. Después de hornear, la galleta se vuelve crujiente, y el ladrillo se vuelve sólido y fuerte. Pero recuerda, ¡los ladrillos no se comen!
Los ladrillos son como piezas de rompecabezas. Cuando los juntas de la manera correcta, encajan perfectamente y crean algo grande y asombroso, como una casa o una escuela. Cada ladrillo necesita a los demás para mantenerse en pie, al igual que cada pieza del rompecabezas es importante para completar la imagen. Trabajan juntos para crear algo que dura mucho tiempo.