Respirar es como darle un abrazo a tu cuerpo desde adentro. Cuando tomas una respiración profunda, tu pecho se hace más grande como un globo que se llena de aire. Este aire es como un combustible mágico que ayuda a tu cuerpo a trabajar y jugar. Cuando dejas salir el aire, tu pecho se hace más pequeño, como cuando sueltas el aire de un globo. Esto ayuda a tu cuerpo a deshacerse de las cosas que no necesita, como cuando limpias tu habitación.
Piensa en respirar como un columpio. Cuando inhalas, es como subir alto en el columpio, y cuando exhalas, vuelves a bajar. Este vaivén sigue ocurriendo, ayudándote a sentirte tranquilo y feliz, como balancearse de un lado a otro.
Respirar también es como un saludo amistoso. Cada vez que inhalas, es como decir hola al aire fresco. Cuando exhalas, dices adiós al aire viejo. Esto sigue ocurriendo todo el tiempo, incluso cuando estás durmiendo, asegurando que tu cuerpo se sienta bien y listo para divertirse.