Una galleta es como un pequeño amigo crujiente que puedes comer. Imagina que tienes un juguete que te hace feliz cada vez que juegas con él. Una galleta es así, pero para tu barriga. Viene en diferentes formas y tamaños, como círculos, cuadrados o incluso animales, lo que hace que sea divertido mirarla antes de comer.
Piensa en una galleta como un pequeño cofre del tesoro lleno de sorpresas deliciosas. Cuando la muerdes, hace un sonido crujiente, y a veces, puede tener un relleno dulce dentro, como chocolate o crema, lo que es como descubrir un tesoro escondido. ¡Es como una pequeña aventura para tus papilas gustativas!
Una galleta también puede ser como un abrazo para tu boca. Imagina la sensación cálida que sientes cuando alguien te abraza. Comer una galleta puede hacerte sentir cómodo y feliz por dentro. Puede ser simple o tener sabores adicionales, como vainilla o canela, que son como las chispas en tu helado favorito. Las galletas se pueden disfrutar con leche o jugo, haciendo que la hora del refrigerio sea aún más especial.