Un frijol es como un pequeño cofre del tesoro que guarda todo lo que necesita para crecer y convertirse en una planta grande. Cuando plantas un frijol en la tierra y le das agua, comienza a abrirse y a crecer raíces, que son como pequeñas pajitas que beben agua del suelo. Luego, crece un tallo que se estira hacia el sol, como cuando te estiras por la mañana.
Los frijoles también son como semillas mágicas porque pueden convertirse en muchos tipos diferentes de plantas. Algunos frijoles crecen en plantas altas con hermosas flores, mientras que otros se convierten en plantas que producen más frijoles para que podamos comer. Estos frijoles pueden ser verdes, rojos o incluso negros, y se pueden cocinar en comidas deliciosas.
Piensa en un frijol como una pequeña cocina. Dentro, hay ingredientes especiales como proteínas y vitaminas que son buenos para nuestro cuerpo. Cuando comemos frijoles, es como darle a nuestro cuerpo un refrigerio saludable que nos hace fuertes y llenos de energía. Así que, los frijoles no son solo semillas, ¡también son pequeñas centrales de nutrición!