La autonomía es como ser el capitán de tu propio barquito. Imagina que tienes un bote y decides hacia dónde navega. Tú eliges la dirección, si ir a la izquierda o a la derecha, o detenerte a mirar los bonitos peces que nadan. Ser el capitán significa que tienes la libertad de tomar tus propias decisiones, y de eso se trata la autonomía.
Piensa en la autonomía como tener tu propio jardín. Puedes elegir qué flores plantar, dónde regarlas y cómo organizarlas. Tu jardín es especial porque decides cómo se ve. Si quieres un jardín lleno de girasoles o margaritas, depende de ti. La autonomía es como tener el poder de hacer crecer tu jardín a tu manera.
La autonomía también es como jugar con una caja de crayones. Tienes todo un arco iris de colores para elegir. Puedes dibujar un gran sol rojo o un árbol azul si quieres. Nadie te dice cómo colorear tu dibujo, y esa es la parte divertida. Es tu dibujo, y tú decides cómo se ve. Eso es autonomía, tener el control para crear algo a tu manera.