Un auditor es como un superdetective que mira números en lugar de pistas. Imagina que tienes una enorme caja de juguetes y tu amigo quiere asegurarse de que tienes todos los juguetes que dices tener. Un auditor cuenta y verifica todos los juguetes para asegurarse de que todo esté bien. Se aseguran de que no falte nada ni haya nada extra, como revisar un cofre del tesoro.
Piensa en un auditor como un profesor que revisa tus tareas. Después de que terminas tus problemas de matemáticas, tu profesor los revisa para asegurarse de que los hiciste correctamente. Un auditor hace lo mismo, pero con dinero y números. Se aseguran de que todo sume correctamente y que no haya errores ocultos en las matemáticas.
Un auditor también es como un árbitro en un juego. Se aseguran de que todos jueguen según las reglas. En el mundo de los negocios, verifican que las empresas sigan las reglas sobre el dinero. Silban si algo no está bien, ayudando a todos a jugar limpio.
Finalmente, un auditor es como un resuelve rompecabezas. Miran todas las piezas del rompecabezas para ver si encajan perfectamente. Si falta una pieza o está en el lugar equivocado, la encuentran y la arreglan para que la imagen sea completa y hermosa.