Una suposición es como cuando ves una caja cerrada y piensas que podría haber un juguete adentro porque la última vez había un juguete en una caja similar. No sabes realmente qué hay dentro hasta que la abres, pero adivinas basándote en lo que sucedió antes. Es como usar tu imaginación para llenar los espacios en blanco cuando no tienes todas las respuestas.
Otra forma de pensar en una suposición es como cuando ves que el cielo se oscurece y piensas que podría llover pronto. Aún no ves la lluvia, pero piensas que podría suceder porque el cielo se ve como la última vez que llovió. Estás usando lo que sabes del pasado para hacer una suposición sobre el futuro.
Una tercera forma de entender una suposición es como cuando escuchas la música del camión de helados y piensas que se detendrá cerca de tu casa. No lo sabes con certeza, pero esperas y adivinas porque a menudo se detiene allí. Las suposiciones nos ayudan a hacer conjeturas, pero a veces pueden estar equivocadas, por lo que es importante verificar y ver qué está sucediendo realmente.