Ser asertivo es como ser un superhéroe que defiende lo que es correcto. Imagina tener un escudo mágico que te ayuda a decir lo que sientes y piensas sin ser malo o demasiado callado. Cuando eres asertivo, usas este escudo para proteger tus sentimientos e ideas, asegurándote de que los demás te escuchen pero también tratándolos con amabilidad. Es como decir: ‘¡Yo importo, y tú también!’
Piensa en un semáforo. Una luz roja significa detenerse, una luz verde significa avanzar, y una luz amarilla significa reducir la velocidad y tener cuidado. Ser asertivo es como la luz amarilla. Se trata de encontrar el momento adecuado para hablar, no demasiado rápido como una luz verde, y no detenerse como una luz roja. Te ayuda a equilibrar tus sentimientos y los de los demás, para que todos sepan qué hacer.
Imagina que tus palabras son como una brisa suave. Son lo suficientemente fuertes como para mover cosas, como hojas en un árbol, pero no tan fuertes como para derribar cosas. Ser asertivo significa usar tu voz como esa brisa—lo suficientemente fuerte como para ser escuchada pero lo suficientemente suave como para ser amable. Es la manera perfecta de compartir tus pensamientos y sentimientos con los demás.