Cuando permites algo, es como abrir una puerta para que alguien pueda entrar. Imagina que tu amigo quiere jugar con tus juguetes. Si dices que sí y compartes, estás permitiéndole jugar. Es como decir, ‘¡Puedes entrar y divertirte conmigo!’ Permitir significa que estás de acuerdo con que algo suceda o que alguien haga algo.
Piensa en un jardín con una puerta. Si la puerta está cerrada, nadie puede entrar. Pero si abres la puerta, permites que el sol y tus amigos entren y disfruten del jardín contigo. Permitir es como abrir esa puerta porque quieres compartir tus hermosas flores y pasar un buen rato juntos.
Imagina que eres un mago con una varita mágica. Cuando agitas tu varita y dices una palabra mágica, permites que ocurran cosas, como hacer que llueva caramelos o que el cielo se vuelva rosa. Permitir es como usar tu magia para hacer que cosas geniales sean posibles. Es como decir, ‘¡Sí, hagamos que esto suceda!’