Ser adicto es como tener un juguete que te gusta tanto que quieres jugar con él todo el tiempo, incluso cuando deberías estar haciendo otras cosas como comer o dormir. Imagina que cada vez que intentas dejar el juguete, sientes que realmente necesitas volver a recogerlo. Es como si tu cerebro dijera: ‘¡Necesito este juguete para ser feliz!’

Piensa en ello como un imán que te atrae hacia algo una y otra vez. Incluso si intentas alejarte, el imán sigue tirando de ti. A veces, ser adicto significa que podrías olvidar otras cosas importantes porque estás tan concentrado en lo que amas.

Imagina tu caramelo favorito. Si comes demasiado, al principio puede saber bien, pero comer solo caramelos no es bueno para tu cuerpo. Ser adicto es como querer comer ese caramelo todo el tiempo, incluso si sabes que también deberías comer alimentos saludables. ¡Es importante tener un equilibrio para poder jugar, comer y dormir bien!