Una abadía es como una gran casa acogedora donde viven personas especiales llamadas monjes o monjas. Pasan sus días rezando, trabajando y ayudando a los demás. Piensa en ello como un lugar donde todos son muy tranquilos y pacíficos, como cuando estás en una biblioteca, pero aún más especial porque están hablando con Dios.
Imagina una abadía como un gran castillo con altas paredes y hermosos jardines. Dentro, hay habitaciones donde los monjes o monjas duermen, comen y rezan. Es como su propio pequeño pueblo donde todos se conocen y trabajan juntos para que todo funcione sin problemas. Los jardines son como un gran parque de juegos, pero en lugar de jugar, cultivan comida y flores para compartir con todos.
Una abadía también es como una escuela donde los monjes y monjas aprenden sobre su religión y enseñan a otros. Leen libros y cantan canciones que son muy antiguas y especiales. Es un lugar donde aprenden a ser muy amables y serviciales con todos, al igual que tú aprendes a compartir tus juguetes y ser amable con tus amigos.