Cuando hablamos de ‘abandonar’, es como cuando tienes un juguete con el que ya no juegas, así que lo dejas en un rincón y te olvidas de él. Abandonar significa dejar algo o a alguien atrás, no cuidarlo más. Es como cuando dejas de regar una planta, y se pone triste porque te necesita para crecer.
Piensa en que estás construyendo un castillo de arena en la playa. Si te alejas y no vuelves para terminarlo, has abandonado tu castillo de arena. Es como decir adiós a algo y no regresar.
Piensa en un libro de cuentos. Si dejas de leerlo a la mitad y nunca lo vuelves a abrir, has abandonado la historia. Los personajes del libro se quedan congelados, esperando que regreses para continuar su aventura.
Abandonar también es como dejar un rompecabezas sin terminar. Todas las piezas están esparcidas, esperando que regreses para completar la imagen. Pero si no lo haces, el rompecabezas queda incompleto, al igual que algo abandonado.